Una disolución es un sistema homogéneo formado por, al menos, dos componentes: el disolvente (componente mas abundante) y el soluto (componente que se haya en menor cantidad).
Tipos de disoluciones
Hay sustancias que se disuelven en agua y otras no. Algunas sustancias insolubles en agua pueden disolverse en otros disolventes, como el alcohol o la acetona. Pero no solo existen disoluciones de sólidos en líquidos, también las hay de líquidos en líquidos, como el alcohol de uso farmacéutico y de sólidos entre sí, como el acero (disolución de carbón en hierro).
Concentración de una disolución
Para describir una disolución hay que conocer los componentes que la forman y la proporción en que se encuentran.
La concentración de una disolución expresa la cantidad de soluto que se halla disuelto en una determinada cantidad de disolvente o de disolución.
Solubilidad
Es la cantidad máxima de soluto que el disolvente admite a una determinada temperatura. Esta se mide en gramos de soluto para 100 gramos de disolvente siempre a una temperatura dada.
Factores que influyen en la disolución.
La solubilidad de una sustancia depende fundamentalmente de tres factores:
-el grado de división del soluto: para que el soluto se disuelva es conveniente triturarlo, ya que cuanto mayor sea la superficie de contacto con el disolvente, mayor será la posibilidad de que se produzcan los choques entre partículas.
-la agitación: la agitación permite dispersar las partículas ya disueltas y facilita que nuevas partículas de soluto pasen a la disolución.
-el calor: cuanto mayor es la temperatura mayor será la solubilidad de una sustancia. Si se calienta el líquido, el soluto se disuelve más rápidamente, ya que cuando el líquido absorbe calor la energía y la velocidad de las partículas aumenta y crece de esta manera el número de choques y su eficacia.
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